Bitácora Comunitaria en Argentina

Para los que no se enteraron, hace quince días que nos volvimos a despedir de la Argentina. Es muy probable que muchos no se enteraran y a ellos pedimos disculpas. La excusa para con ellos es que culpa de estas cosas de la vida que no deberían existir (el trabajo) sólo pudimos disfrutar de dos semanitas de reuniones, comilonas, conversaciones, paseos, fiestas y mucho más. Todas esas cosas que SÍ deben existir.

Catorce días es muy poco cuando uno vuelve a la Patria, no lo sabíamos pero lo sospechábamos (obviamente, es mejor que nada). También hubieron muchos trámites, una de esas cosas que hace falta que existan pero que podrían estar mejor organizadas.

Pocos días pero muchas cosas, demasiadas como para caber en una sola Bitácora, así que hemos decidido partirla en dos. Abajo verán la primera, la clásica, con las anécdotas y mini reflexiones. La próxima será un poco más «dura» para nosotros, porque queremos transmitirles cosas que sentimos, conclusiones que sacamos mientras estábamos allá y mientras llegábamos acá. Esperamos poder mandar esa segunda parte pronto.

Así que, bueno, hagan click donde ustedes ya saben y sigan leyendo…

Suerte y no tanta

Viajamos separados: Lau llegó un par de días antes, debido nuevamente al trabajo del Jor. Eso no es muy lindo porque estamos muy acostumbrados ya a viajar juntos, y cuando el otro falta es como si nos faltara un brazo, o medio cerebro (lo que es considerablemente peor). Pero nos las arreglamos, todavía.

El viaje es largo por definición: vuelo de Barcelona a Madrid, una hora. Vuelo de Madrid a Buenos Aires, doce horas y media. Colectivo de Buenos Aires a Casa, otras once horas. Para todo lo demás existe Tarjeta Naranja (jeje)… A ese trajín el Jor tuvo que sumar diez horas de espera para el transbordo en Madrid (que por suerte aprovechó muy bien: ¡gracias Inés!).

Eran las 23:00hs cuando el Jor llegó al mostrador para hacer el check-in, el vuelo hacia Buenos Aires salía a la 1:00hs, o sea, que dentro de nuestros parámentro, el Jor llegó puntual. A pesar de eso vio que no había nadie en la cola. A continuación su diálogo con la chica del mostrador:

Jor: – «Es muy tarde o muy temprano?»
Chica de Air Europa (a partir de ahora CAE): – «Muy tarde…»
J: – «Ah, pero el avión no se fue, ¿cierto?»
CAE: –«No señor, faltan dos horas aún»
J (suspirando): –«Fiuu… Bueno, menos mal, ¿te quedan asientos en la salida de emergencia?» (Consejo para cualquiera que viaje en avión, aprendido gracias a los jefes del Jor en su trabajo anterior: siempre pidan salida de emergencia, hay mucho más lugar para las piernas.)
CAE (sonriendo): –«No, ninguna, ya tengo 300 pasajeros registrados. Pero… me queda un lugar en primera fila, también hay sitio para las piernas allí, ¿le parece bien?»
J: -«Sí, sí, ¡muchas gracias!»
CAE (luego de girar y preguntarle algo a un tipo que estaba ahí cerca): -«Muy bien, aquí tiene. Buen viaje.»

Todo indicaba que iba a tener la suerte de poder estirar las piernas, pero por otro lado, la desgracia de estar al lado del baño. La clave en este caso era poder desenrrollarse un poco.

Pero, cuando llegó el momento de abordar, al mostrar el billete a la azafata, ella muy amablemente corrió una cortinita y le dijo: «Por aquí, que tenga un buen viaje».

Y así es como el requete ocotudo del Jor viajó estirado, comiendo todo lo que le traían y durmiendo horizontalmente, en primera clase.

El equilibrio cósmico se restauró en el siguiente tramo del viaje (de Buenos Aires a Córdoba), dado que el flaco tuvo la mala pata de viajar en un colectivo bastante hecho pelota, cagado de frío y con la compañía (al menos durante los primeros 200 Km) de un señor bien grandote que era un roncador experto. Sí señores, nada es gratis en esta vida, pero ¿quién nos quita lo bailado?

Fiestitas, reuniones y las inevitables comparaciones

A ver… Sería bueno saber de dónde sacamos los argentinos esta grandiosa costumbre de que en cada reunión tiene que abundar la comida. Nosotros suponemos que de los italianos, porque los españoles no son de reunirse mucho en las casas. Tal vez es una linda costumbre que nació  por «generación espontánea»… Como sea… ¡Fuaaaaaaa! ¡Qué manera de comer!

Arrancamos ni bien llegamos (con el Jor lisiado digestivamente) con un casamiento (¡gracias Andreita y Lucas!): un lujo la comida. Y a partir de ahí todo fue un castigo al hígado tras otro. O eso fue lo que pensábamos porque la verdad es que ninguno claudicó, debe ser que teníamos abstinencia.

Queremos pedirles encarecidamente que agradezcan que los lomitos existen (lástima que acá no pegarían…), que las pizzas son lo que son, y que la carne está tan buena (aunque muy cara, como todo, bah). Puf, qué ricos los asados (¡gracias Carlos, y padres respectivos!)… Comimos la misma cantidad de asados en dos semanas que lo que llevamos acá en un año y pico. Como verán muy sanito y poco vegetariano el menú.

Debemos agregar que justo el Jor cumplió sus primeros treinta añitos allá, así que sumó más excusas para festejo. Primero hubo una cena familiar con, por supuesto, un poco más de carne, y de postre la mejor cheesecake del mundo (¡gracias Lily! Vean las fotos). Y el viernes previo al regreso, un festejo con muchos amigos que estuvo realmente muy bueno (¡gracias Damián!). Para que se den una idea, acá va un resumen en fotos:

Y ahora las primeras y más fáciles comparaciones/reflexiones (como dijimos al principio, las más «incómodas» las dejaremos para otro día):

  • Comparación: Los argentinos somos más gritones. Un par de veces nos pasó de estar en un almuerzo y percatarnos de que todos estábamos conversando con todos a la vez, casi a los gritos.
  • Comparación: La espontaneidad nos caracteriza, y en particular a nosotros, nos encanta. Es genial poder organizar un «evento» en una hora, un mail, dos llamadas, alguna que otra compra, y ahí estamos, divirtiéndonos como locos.
  • Reflexión: La distancia física casi se anula si uno permanece en contacto cibernético más o menos a menudo. Es raro verse después de un año y medio con alguien y sentir que hubiese pasado sólo una semana. Lo que se extraña es el contacto.
  • Comparación: el Fernet hace espuma diferente, y pega más.
  • Reflexión: no perdimos la tonada (aunque incorporamos nuevas palabras). Menos mal, si no nos íbamos a tener que aguantar unas cuantas cargadas.
  • Comparación: los argentinos, bah, los latinoamericanos en general somos más «mirones» de las chicas al pasar. Nos llamó la atención eso en el aeropuerto y después lo comprobamos en la calle.

El regreso

La ida había sido larga y separados, el regreso no fue mucho más corto, pero al menos estábamos juntos.

Esta vez no había transbordo en Madrid, pero para compensar nos agarró un paro de sindicatos de Aerolíneas Argentinas y nos quedamos «varados» en Buenos Aires durante 14hs. Como para compensar nos dieron unos papelitos que nos «autorizaban» a gastar hasta ciertos límites en determinados conceptos, por ejemplo: $225 cada uno en hotel, $110 en transporte, etc. Después teníamos que presentar los tickets y te reintegraban la plata. ¿Se imaginan las pérdidas de Aerolíneas en esos tres o cuatro días que duró el conflicto? Un amor…

En fin, podríamos haber ido a un hotel, pero andábamos con las valijas/mochilas, y además, era una excelente oportunidad para visitar a un amigos que viven por esos lados, así que eso hicimos (¡gracias Mati y Pablito!). No se salvaron de nosotros, jeje.

Ya al día siguiente, salimos un poco tarde (para no perder la costumbre) rumbo al aeropuerto. Llegamos y era un hermoso despelote, algo así como una orgía de filas: una para hacer el check-in, larguísima, otra para una ventanilla que no sabemos que era, otra que se cruzaba con la anterior que era donde te devolvían la plata. Un caos… Nos separamos y cada uno hizo una cola. Así y todo se empezó a acercar peligrosamente la hora de despegue… faltaban cuatro o cinco personas para poder cobrar… los minutos pasaban… Algún que otro extranjero soltaba unos gritos de enojo (los argentinos estaban bastante panchos, como acostumbrados)… Y se nos iba el avión… Decidimos hacer un último intento: Lau rajó para abordar con la misión de frenar el avión, aunque sea por unos minutos, Jor se quedó en la fila (es que faltaba tan poquito para llegar…). Finalmente lo logramos, con NADA de margen.

Hasta ahí los dos estábamos tranquilos y nos reíamos de la anécdota. La cara nos cambió a ambos (el Jor se enojó un poco más) cuando nos enteramos de que no iba a haber comida en todo el vuelo: uno de los sindicatos de paro era el de los camiones del catering. Al final nos dieron un sandwichito de miga y un alfajor, lo hicimos rendir todo lo que pudimos, y llegamos a Barcelona con hambre, pero sanitos.

Bueno, y en poquísimas palabras ese fue nuestro viaje al pago. Al menos en lo físico, porque en lo sentimental lo contaremos en la próxima entrega, ese fue otro viaje.

Esperamos que les haya gustado, y a todos todos les agradecemos por seguir ahí, por querernos y por dejar que los queramos.

Les mandamos un abrazo grande a cada uno.

¡Hasta la próxima!

6 comentarios el “Bitácora Comunitaria en Argentina

  1. Lau L. dice:

    Que lindo saber que tod salio bien! Me hubiera gustado una juntadita, poderte conocer Lau y darles un abrazote que tengo pendiente hace un largo rato Espero ansiosa la segunda parte. Besoteeee volador (pero no de Aerolineas je)

  2. Diego dice:

    Vieron, despues no creían que una de las cosas que se extraña es el abrazo de un amigo… 😉

  3. Caro dice:

    Enanos, estuvimos leyendo la bitácora con la má y la abu. Nos hicieron reír con sus historias, soolo a ustedes!!. Ya se los extraña soquetes, VUELVAN! VUELVAN! jajaja. Nos quedamos esperando la segunda parte, causó expectativa.!!. Un beso de las tres!!

  4. PASCHETTA Carlos dice:

    De nada Jor y Lau; se lo debíamos. Gracias por su visita!

  5. cesar dice:

    Estimado Jor.
    me imagine que estarias haciendo mil cosas en Baires y quede en la lista de los que no te vieron… pior pa vos!!! Pensaba que nos ibamos a encontrar en el shopping Abasto, para eso tenias que tomarte agun tacho, no importa de donde vinieras, pasar mil piquetes, cortes de calle naturales por reparaciones, algun experimento de funcionarios que te cambian de mano una avenida y calorcito y humedad considerable. <nada comparado todo esto con lo mas atravesado de tu relato, jua!! esssso si te hubiera hecho poner lo pelos de punta, luego tu bitacora se retrasaria debido al tiempo de recupero del stress provocado por nuestra avenica Corrientes, asi que bueno, te espero la proxima venida para hacerte recorrer tambien microcentro, si es en el mes de Enero o Febrero mejor!!
    PD ya que viajas siempre con Doña Lau a quien no conozco, traela al periplo asi la saludo y en la bitacora que sigue al encuentro me dedican algo asi como … pero que hhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh d pppppppppppppppppppppppppppppppppppppp, total todo es cosa de divertirse un rato.
    Cesar.

  6. Damian dice:

    Chicos, fue buenismo verlos y disfrutarlos. No hay nada que agradecer.
    Besos los quiero mucho, cuidensen!!!!

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