Otro Viaje Comunitario

Esta vez fuimos para el norte, bastante al norte, a un país curiosamente famoso, ya que nadie sabe bien porqué. Tal vez sea por su música o sus cervezas. Quizás se deba a las muchas leyendas que nos son familiares y que se originaron en esas latitudes, o porque sus habitantes tienen fama de borrachos simpáticos. Será por un poco de todo, la cuestión es que es difícil negar que uno nunca escuchó hablar de Irlanda.

Este destino lo teníamos pendiente (como tantos otros) y la visita del primo Marcos, para quién este país tenía un significado especial, sirvió de catalizadora para que nos lanzáramos una vez a la búsqueda de pasajes baratos y concretáramos un nuevo viajecito comunitario. Por allá dimos unas vueltas esta vez, y podrán leer los detalles a continuación…

Esta vez no hubo anécdotas previas, llegamos a Dublín sin mayores contratiempos y a un buen horario. Nos tomamos el clásico colectivo que te lleva del aeropuerto al centro y al bajarnos estaba esperándonos el primo Marcos. No deja de ser muy curioso encontrarte con un primo, que vive en Córdoba, mientras nosotros vivimos en Barcelona, en la parada del bondi de Dublín… Lo que es la globalización, che… El cómo había llegado el primo ahí, que se los cuente él, jaja.

Sin mucho preámbulo nos pusimos a caminar y a hacer observaciones muy inteligentes del estilo de: «Qué fiero que hablan inglés estos guasos», «Qué parecidos a los negocios yanquis que vemos en las series, ¿por qué será?», «¿Por qué no habrá colectivos de dos pisos en más países?», etc etc.

La parte turística de Dublín se recorre bastante rápido, es una ciudad pequeña para ser una capital, aunque bastante extensa en superficie porque hay pocos edificios y muchas casas (todas parecidas entre sí). Se la nota un poco más «golpeada» que las otras capitales europeas que conocimos, suponemos que es porque hasta hace no mucho anduvieron en casi guerra y encima la crisis les viene dando duro también.

Hay muuuuchos bares, o, para ser más precisos, pubs. De hecho, de ahí viene el «estilo» clásico de «pub irlandés» (otra razón por la que son famosos los irlandeses).  Hay todo un barrio de pubs, que se llama Temple Bar, en honor al primer antro que empezó a currar ahí, allá por el año 1840. Dato curioso: según esta foto hoy se estaría rompiendo el récord Guiness de tocar la guitarra durante más tiempo corrido, ¡más de 100 horas! No sabemos cómo hará ese cristiano para no dormirse.

El área turística podría describirse como un círculo: comenzás en los pubs (que están abierto todo el día), después pasás por unos parques muy bonitos (y verdísimos), te topás con unas iglesias imponentes y terminás en una monstruosa fábrica de cerveza (la mítica Guiness, de ahí vienen los récords). Cuando volvés de la fábrica te das cuenta de que la ciudad es un poco tristona y te dan ganas de volver a los pubs. El círculo está completo, y gira en torno a la cerveza.

Así fue nuestro primer día: circular. Debemos aclarar, bajo riesgo de que varios amigos se nos enojen, que hasta la noche no tomamos ni un vasito del líquido vital, no sabemos bien por qué.

¡Ah! Nos olvidábamos, a la hora del almuerzo, después de buscar y rebuscar precios nos dimos por vencidos y entramos en un restaurantito turisticoso. Pedimos cosas bien típicas y no le erramos: Marcos y Lau unos estofados de cordero y el Jor un «Irish breakfast» (sí, un desayuno) que constaba de, ¡atención!: panceta, huevos fritos, porotos, tostadas, té, morcilla, chorizo y unas salchichas buenísimas. Parece que los yanquis heredaron de acá muchas de sus costumbres…

Llegó el final del día, y con él, el fin de nuestro «viaje tradicional». ¿Por qué? Bueno, porque esta vez en lugar de reservar un hostel optamos por contactar a alguien que estuviera dispuesto a recibirnos en su casa. Lo hicimos mediante una página web preparada para eso (CouchSurfing). Nuestros anfitriones durante dos noches iban a ser Jack, Yevetta e Iza, tres polacos que hace muchos años viven en Irlanda.

Nos tomamos un bus y siguiendo las instrucciones que nos dieron por mail llegamos a su hermoso chalecito en las afueras de la ciudad. En el camino, que tomó unos 40 minutos, nos percatamos de dos cosas: de lo cerrado que hablan el inglés los irlandeses y de lo deprimente que debe ser dedicarse a la meteorología en ese país (el clima está, literalmente, loco). En dos horas puede llover a cántaros, salir el sol, levantarse viento frío, lloviznar y volver a salir el sol (todo es circular en Irlanda). Tienen incluso un término específico: probabilidad de «showers» (en castellano: duchas). A ese fenómeno lo sufrimos, por ejemplo, al bajarnos del bus, pero por suerte la parada tenía techito.

Ni bien entramos a la casa nos ofrecieron algo de comer, fuimos al baño, y como todavía quedaba como una hora de luz (oscurece súper tarde allá) Jack nos subió al auto y en menos de 15 minutos estábamos en un cerro que parecía de cuentos. Hicimos una parada en un mirador (vean las fotos) y seguimos subiendo. Todo, todo, es verde, bien VERDE, y en las suaves laderas se pueden ver algunos manchones marrones que, según la época del año se transforman en violetas y amarillos. Vimos un par de fotos y el paisaje es surrealista.

Lástima que se largó a llover con todo, porque Jack nos quería mostrar algunos rincones particularmente bellos. Con lluvia y todo llegamos a ver desde el auto algunos arroyos que parecían sacados de libros de dragones y duendes, casas antiquísimas donde uno podría encontrar a un caballero del rey ya jubilado, bosques tupidos llenos de hadas… Buenísimo.

Ya de regreso en la casa, cenamos, y planeamos el domingo: no sólo íbamos a recorrer mini pueblitos del interior de Irlanda y requete verdes campiñas por caminos de una sola mano, íbamos a conocer un nuevo mundo.

Jack, además de arquitecto de sistemas (o sea Ingeniero) resultó ser un arqueólogo aficionado y muy apasionado. Así que nos llevó a pasar el día a unas ruinas que tienen unos 6000 años de antigüedad, llamadas Newgrange. Nos tomaría mucho tiempo describirles lo que aprendimos ahí, pero les aseguramos que es digno de varias sobremesas o charlas teléfonicas. Nos limitaremos a contarles que esas ruinas son algo así como las famosas piedras de Stonehenge pero mucho más grandes, más antiguas y mucho, mucho, más complejas en cuanto a construcción e información que dan. Las fotos no son muy representativas, pero les darán una idea al menos. Las pueden ver ->acá<-.

Aprendimos acerca de una cultura antiquísima (imaginen, 6000 años) y nos explicaron las técnicas usadas para mover piedras de 20 toneladas sin conocer la rueda. Pero lo que más nos gustó fue conocer nuevas ideas, nuevos conceptos sobre cosas que damos por sentadas, en fin, una nueva forma de ver lo que nos rodea. Realmente interesante, y como siempre, de «casualidad».

El lunes nos despertamos, y como todos volvían a sus trabajos regresamos temprano al centro, dimos una última recorrida y compramos souvenires, comimos sanguchitos en el Trinity College y antes de que nos diéramos cuenta ya estábamos subidos al avión para regresar a Barcelona, al trabajo, al estudio y al clima estable. Pero con algo diferente rondando por nuestras cabezas.

En fin, si llegaron hasta acá se los agradecemos y como premio les vamos a dar la primicia de que pronto habrá un Concurso Comunitario, con premios de adeveritas y todo. Así que estén atentos, jaja.

Les mandamos todos los saludos posibles.

De nuevo, muchas gracias por estar ahí, siempre.

¡Hasta la próxima!

8 comentarios el “Otro Viaje Comunitario

  1. OioboteS dice:

    No sé si decirles ruinas (porque honestamente, no parecían nada ruinosas), pero me encantaron! El lugar en el mundo de cualquier taurino. ¿Cómo mantienen la hierba tan parejita (animales o maquinas, o sólo crece así? ¿No había árboles, ni arbustos sobre el castillo de los goblins?

    • Hola! Van las respuestas:
      Pos sí, la verdad que no son ruinosas para nada. De hecho, en la grandota, esa que tiene la pared blanca se puede entrar (pero no sacar fotos) y su centro tiene unos 4 metros de diámetro y unos 4 de alto en la punta de la «cúpula». No hay goteras y la temperatura es bastante agradable todo el año. Es decir: mejor que muchos departamentos que hayamos visto! Jaja.
      Tanto el color como el largo del pasto son un misterio. Hay bastantes ovejas, pero no taaaantas. Debe ser la variedad de pasto…
      Un abrazo!

  2. Pablo Serrano dice:

    Hola Chicos… que bárbaro lo del primo!!! quien lo iba a imaginar!!!!

    Ahora que veo las fotos, pienso en esto de un recorrido circular por la ciudad, la misma no es muy grande, todo gira en torno a…. hace 6000 años no existía la rueda (http://es.wikipedia.org/wiki/Rueda), pero esa loma es circular…
    no será que los carlitos de allá, de aquel entonces estaban incursionando en la rueda??? jajaja

    Que hermosas fotos!!! mas granas de viajar me dan cada día! ya quedan tan solo 9 meses para que el GV2012 se emprenda en un colosal viaje al viejo mundo… dios quiera nos encontremos en barcelona o quizá coordinemos para encontrarnos en algún recóndito pueblito de europa, como con el primo!!!!

    Besos y abrazos a los 2!

    Pablo S.

    • Hola loco!
      Por lo que aprendimos, estos muchachos incursinaron en muuuuchas cosas, y tu observación tal vez no sea errada.
      Estaría genial lo de encontrarnos en algún lugar durante tu viaje, es cuestión de coordinar sobre la marcha nomás che.
      Hey! Vos estás a cargo de las visitas técnicas? Avisen porque por ahí puedo conseguir alguna por acá…

      Saludos!

  3. Diego C. dice:

    Taurino o ariano quisiste decir…??? Se de uno que se pegaría manzo palo tratando trepar 😛 juaaaaaa
    Pero chiste aparte fue uno de los lugares (al que quiero ir todavía) a los que perdí vuelos por la bendita nieve 😦

  4. El primo Marcos dice:

    Che, recien pego una releida a tu Bitacora de Irlanda. Gracioso porque a pesar de ser probablemente una de las capitales mas chicas del viejo continente, es la que tiene una de las descripciones mas largas de todas las entradas hechas en la Bitacora, je! Por cierto… el 7° parrafo, donde haces la descripcion de la «ruta turistica» es sencillamente excelente! Una descripcion perfecta! Os dejo!

    El primo Marcos (si… el mismo que esperaba en la parada del bondi, jajaja!)

    • Pablo Serrano dice:

      Que flojo, pero que flojo, este primo Marcos… es que hasta me pregunté, no se acuerda de mi….

      Ayer me lo crucé de frente y lo saludé, me paré y giré…. casi como un sombie, sigui caminando. Será que me tengo que cruzar en Dublin para que diga, heee amigo de Jorge!!!!

      Pablo S

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